No hay que ser un experto con las palabras para saber que el mejor lenguaje es el que se transmite frente a frente. Una sola mirada puede acabar con todas las letras que escribas en tu vida, pero nunca podrá opacar aquellas que no verán la luz. A veces la intención no está suscrita en las palabras, sino en las emociones que éstas te provocan.
07 junio, 2011
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