02 julio, 2007

Los millones de la discordia

La pequeña gran cortina gigante

Recuerdo la tarde de un viernes a mediados de enero de este año... Me encontraba trabajando... Sí, con camisa y corbata, muerto de calor, y no entendía el fervor de la gente que se aglomeraba en el centro de Santiago, todos felices viendo una marioneta gigante tirada por una docena europeos vestidos como saltimbancos. Sin lugar a dudas era un circo espectacular para todo el pueblo.

Cerca de 300 millones de pesos costó esa gracia. Con este dinero es probable que no habríamos vivido una agobiante y angustiosa sesión en el Senado ¿No le parece señor Zaldívar? Hoy no se especularía del eventual quiebre en la Concertación y, efectivamente, rescataríamos lo anunciado hace pocas horas: Mejoras de un 25% en la frecuencia de los buses hasta el inicio del horario nocturno, el cual comenzaría a la 1:00 AM a contar de hoy martes.

También cabe en mi memoria el pestañeo de la Pequeña Gigante, porque me dejé llevar y fui testigo presencial. Sí, yo también me cegué con el espectáculo maravilloso. Ahora, si hubiese sabido que la espera con toda esa gente en la Plaza Italia no era más que un flashforward de las colas eternas del Transantiago, seguramente, al igual que los choferes de la tarjeta bip!, protestaría y sontendría las discusiones con el ministerio y, aunque traspasen cualquier predicción utópica del señor Cortázar, comenzaría julio enfatizando con ahínco los defectos del sistema de transportes.